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miércoles, 22 de febrero de 2017

futuro lunar



Hace millones de años, la Luna estaba mucho más cerca de la Tierra, tal vez diez veces más cerca que ahora, y su tamaño aparente en el cielo era colosal. Hoy conocemos que la Luna se aleja de la Tierra a razón de 3,8 cm por año y lo sabemos porque los astronautas y dos naves rusas que consiguieron alcanzar la Luna, en las misiones de los apolos 11, 14 y 15 más las naves Lunokhod 1 y 2 sin tripulación, dejaron cinco reflectores en la superficie lunar. Desde la Tierra, lanzamos un pulso láser hacia estos espejos que rebotan y vuelve a la Tierra. La precisión es de 1 milímetro, no está nada mal para un recorrido de unos 800.000 km. La Luna se aleja porque se acelera en su órbita, debido a efectos que provoca sobre los océanos terrestres.

El hecho de que la Luna se aleje traerá consecuencias a la Tierra. Una de ellas es la duración de los días. Poco después de crearse la Luna, ésta comenzó a alejarse muy rápidamente de la Tierra, desde una posición de 22.500 km, por las fricciones generadas por las inmensas mareas creadas por la propia Luna y por este mismo motivo, los días se hacen cada vez más largos. Toda la cuestión está en las mareas, que sirven de freno a la rotación de la Tierra. Sabemos que las mareas eran más numerosas y que los días eran más cortos, por los registros encontrados en las rocas denominadas ritmitas de mareas.

Cuando la Luna estaba muy cerca de la Tierra, los días duraban apenas 5 horas, pero a medida que se alejaba, los días se alargaron hasta las 24 horas de hoy. Pero seguirán alargándose hasta que duren un mes y más, hasta que se hagan eternos y una cara de la Tierra mire siempre al Sol y la otra resultará estar siempre en tinieblas.
Adiós a las mareas

Otra consecuencia inevitable serán las mareas. Todos sabemos que la gravedad de la Luna atrae el agua de mares y océanos. Cuando la Luna está encima de un océano, se produce la marea alta, al igual que en la parte contraria de la Tierra, por efecto de la rotación Tierra-Luna que provoca un efecto de fuerza centrífuga que hace que las aguas se eleven. Cuando la Luna se aleja de esa posición, se produce en la costa marea baja. Las mareas, hace millones de años, cuando la Luna estaba “a tiro de piedra”, eran colosales, hasta mil veces superiores a las de hoy. Las aguas no se retiraban decenas de metros en las mareas bajas o se adentraba en tierra algunos metros en las mareas altas como lo hace ahora, sino que se retiraban y se adentraban kilómetros, como tsunamis continuos. Con el alejamiento de la Luna, la fuerza de gravedad de nuestro satélite sobre la Tierra cada vez será menor, y las mareas dejarán de existir. Los océanos y los mares se convertirán en piscinas gigantes.
Oscilación del eje terrestre

Otro efecto relevante y que llevará a toda la vida a una evolución desconocida por el momento, será la oscilación del eje de la Tierra.La Luna mantiene el eje de la Tierra estable, con una inclinación de 23º. El hecho de que la Luna se aleje, desestabilizará el eje terrestre, de forma que oscilará 90 grados, provocando que en ocasiones los polos bajen hasta el ecuador y el ecuador ocupe la posición de los polos. La situación actual del eje terrestre es vital, ya que estabiliza el clima. Cuando el eje comience a oscilar, la vida deberá acomodarse o dejar de existir. Los últimos estudios científicos, indican que la Luna es un elemento fundamental para mantener la vida en la Tierra.

Por Miguel Gilarte Fernández, presidente de la Asociación Astronómica de España y director del Observatorio Astronómico de Almadén de la Plata.

Origen de las mareas



La marea es el cambio periódico del nivel del mar producido principalmente por las fuerzas de atracción gravitatoria que ejercen el Sol y la Luna sobre la Tierra. Aunque dicha atracción se ejerce sobre todo el planeta, tanto en su parte sólida como líquida y gaseosa, nos referiremos en este artículo a la atracción de la Luna y el Sol, juntos o por separado, sobre las aguas de los mares y océanos. Sin embargo, hay que indicar que las mareas de la litosfera son prácticamente insignificantes, con respecto a las que ocurren en el mar u océano (que pueden modificar su nivel en varios metros) y, sobre todo, en la atmósfera, donde puede variar en varios km de altura, aunque en este caso, es mucho mayor el aumento del espesor de la atmósfera producido por la fuerza centrífuga del movimiento de rotación en la zona ecuatorial (donde el espesor de la atmósfera es mucho mayor) que la modificación introducida por las mareas en dicha zona ecuatorial.

Otros fenómenos ocasionales, como los vientos, las lluvias, el desborde de ríos y los tsunamis provocan variaciones del nivel del mar, también ocasionales, pero no pueden ser calificados de mareas, porque no están causados por la fuerza gravitatoria ni tienen periodicidad.

Mareas vivas y mareas muertas

Hay dos mareas porque, al tiempo que la Luna separa el agua de la Tierra en el lado que mira hacia ella, separa la Tierra del agua en el lado opuesto. El resutado global, tal como es visto por alguien desde la tierra, es que le agua se eleva por encima de la superficie normal en dos lados diametralmente opuestos del planeta. El hecho de que la mareas se produzcan cuando la Luna está sobre el horizonte, en vez de sobre nuestras cabezas, tiene que ver con el hecho de que los océanos son relativamente poco profundos de modo que la hinchazón de la marea no puede viajar por el agua lo bastante rápido como para seguir el ritmo de movimiento de la Luna. 
El Sol contribuye a las mareas de los océanos de la tierra, mareas que tienen aproximadamente un tercio de la altura de las debidas a la Luna. Es por eso por lo que en determinadas ocasiones, las mareas altas son mas altas que otras veces. Durante la Luna nueva y la Luna llena, cuando las mareas de la Luna y del Sol se refuerzan, tenemos la llamadas "mareas vivas".
Mareas vivas














En los cuartos lunares, las dos fuerzas se hallan compensadas y tenemos mareas altas más bajas, las llamadas"mareas muertas".


Fases Lunares



Las fases lunares se refieren al cambio aparente de la parte visible iluminada del satélite debido a su cambio de posición respecto a la Tierra y el Sol. El ciclo completo, denominado lunación, dura 29 días 12 horas 44 minutos y 3 segundos para completarse, durante el cual la luna pasa la nueva fase, cuando su porción iluminada visible vuelve a aumentar gradualmente hasta que, dos semanas después ocurra la luna llena, y por alrededor de las dos semanas siguientes, vuelva de nuevo a disminuir y el satélite entra nuevamente en la nueva fase.

Eventualmente, ocurre una perfecta alineación entre el Sol, la Tierra y la Luna, lo que da lugar a los eclipses.